Un joven gastrónomo que busca el desarrollo de su parroquia
Todos los días, Alfredo Guamaní llega a su huerto orgánico, muy temprano. Le esperan las plantas de zanahoria, cebolla, brócoli, acelga, apio, culantro y otras tantas, necesarias para la preparación de exquisitos platillo, en su restaurante ´El Patio´.
Alfredo tiene 27 años. Estudió Administración gastronómica en la Universidad de las Américas. Apenas hace un año concluyó su carrera, sin embargo, sus ganas por poner en práctica sus conocimientos, le animaron a abrir su propio restaurante.
“Un día desperté y dije voy a estudiar gastronomía”, indica. Eso significó el abandono del tercer semestre, de la carrera de Medicina, en una universidad estatal. Señala que la curiosidad por los sabores diferentes y el amor por su pareja hicieron que se decida por la gastronomía.
En ´El Patio´, ubicado en el barrio San José, de la parroquia Calacalí, el plato más solicitado, por las cerca de 400 personas que lo visitan mensualmente, es el seco de chivo. No se quedan atrás el yaguarlocro y el ceviche de hongos comestibles. “Además hemos tratado de adaptar a la cocina internacional ingredientes locales, por ejemplo en la ensalada capressem, plato italiano, usamos tomate, queso de hoja, pepa de zambo y albahaca”, comenta.
Cabe mencionar que el 80% de los productos, que se usan en el restaurante, son cultivados en el huerto y otros los adquieren en las parroquias vecinas de la Mancomunidad del Noroccidente. Son productos orgánicos que se cultivan en los barrios del sector y su comercialización permite el impulso de la economía local.
Para Alfredo el restaurante se ha convertido en un medio para conectarse con su entorno social. Una vez por mes realiza, con sus 4 colaboradores, una visita a los adultos mayores de Calacalí. Así fue como se involucró en la asamblea barrial de su sector, espacio participativo motivado por el Municipio de Quito, mediante la Ordenanza 102. Ahora es miembro de la Asamblea de la Ciudad.
“Como asambleísta de Quito me siento optimista del trabajo que se puede realizar, los cambios que se pueden implementar, además, tenemos voz y voto para la toma de decisiones en la ciudad”, afirma. Para la Asamblea de presupuesto participativo 2019 presentó dos proyectos: uno de carácter social, denominado un museo para la agricultura y otro de dotación de servicios básicos para el pasaje San Francisco.
En estos espacios participativos, según Alfredo, se presentan diferentes posibilidades para contribuir en el desarrollo de la parroquia y conocer a otras personas y sus experiencias.