En vacaciones: Calacalí una opción para disfrutar

El sol de la mañana abrigaba a los visitantes que expectantes, se preparaban para un recorrido que les mostraría las bellezas naturales, culturales, históricas y monumentales de Calacalí, ubicada, aproximadamente, a 17 Km. al norte de Quito, apenas a 30 minutos de viaje.

De su nombre nos cuentan sus habitantes hay varias historias. Unos dicen que se llama así por los hornos de cal. Otros dicen que el nombre se deriva de las tribus calas-calas. Calacalí es la puerta de ingreso al Noroccidente de la provincia de Pichincha.

El recorrido inicia en la Reserva Geobotánica Pululahua, continúa por el centro de Calacalí, el restaurante el Patio de mi Casa para finalizar en la Rinconada de Rayocucho.

La primera parada es la Reserva Geobotánica Pululahua, palabra quichua que significa «nube de agua» o niebla. Su ubicación geográfica hace que este lugar tenga varios microclimas, factor que determina su alta riqueza de flora. Alrededor de 2 200 especies endémicas hacen de esta zona única y especial. Se puede encontrar orquídeas y flores andinas, veneno de perro, laurel, helechos, coralitos, angoyuyos, bromelias entre otras. Esta zona, también, forma parte del corredor del Oso Andino.

Sebastián Almeida Dillón, especialista en investigación y desarrollo rural de Quito Turismo, sobre este lugar comenta que “es una zona de alta riqueza natural y energética. A apenas 30 minutos del centro de Quito. Un destino ideal para venir en familia. Pueden hacer campismo, picnic. Pueden quedarse a dormir aquí y despertarse con esta maravilla natural del Pondoña, del Pan de Azúcar, del Chivo. Ideal para disfrutar entre amigos y familia”.

En el poblado de Calacalí los visitantes pueden recorrer sus dos plazas y mirar el Monumento a la Mitad del Mundo: la Iglesia que fue construida en 1820, la Cruz de Piedra-1649, la Pila Franciscana, pileta de origen colonial que inicialmente estaba en la Plaza de San Francisco de Quito. En 1912 fue trasladada a su ubicación en el centro del Parque Sucre.

Un lugar que no se puede dejar de visitar cuando se llega a Calacalí es el Museo Carlota Jaramillo. Toda la historia de esta cantautora ecuatoriana se refleja en fotos, recortes de periódico, discos y sus objetos personales, vajillas, ropa, su guitarra y sus escritos.

Sobre estos recorridos, Humberto Almeida de Sucre, administrador zonal de La Delicia, dice que de esta manera se impulsa el turismo. “La forma más efectiva de rescatar nuestro patrimonio, tanto natural como cultural es visitándolo, disfrutándolo, promocionándolo, para que todos los quiteños puedan disfrutar de ese mega diverso patrimonio que tiene la ciudad en sus parroquias rurales”.

También, es conocida por su rica gastronomía. El cuy con papas, la colada de maíz, sopas preparadas con mote, habas, mellocos o maíz, la colada de churos, yaguarlocro, caucara, locro de papa, fritada, empanadas de viento y secos de pollo son parte de esa riqueza culinaria.

Alfredo Guamaní, oriundo de esta parroquia rural, es un joven emprendedor que luego de graduarse en Gastronomía regresó a su parroquia con la finalidad de crear un centro gastronómico: El Patio de mi Casa “que está enfocado en el tema de comunicación, dice. Las personas puedan conocer del resto de emprendimientos que se desarrollan, no solo de Calacalí, sino de la Mancomunidad del Chocó”, recalca. Además de platos típicos, las personas pueden encontrar aquí especies de orquídeas, restos arqueológicos, una huerta orgánica.

El recorrido termina con la visita a la Rinconada de Rayocucho. En este lugar los visitantes pueden interactuar con avestruces, vacas, caballos, conejos, gansos, gallinas, darles de comer, abrazarlos y, también, vivir un día de camping, al aire libre.

El propietario de la Rinconada de Rayocucho es Iván García, “nosotros aquí hemos emprendido un proyecto de turismo dedicado a lo que es la familia. Un lugar donde venga la familia, interactúe con los animales de la granja, Les den de comer. Un día de campo participativo, a trabajar a interactuar, una huerta con plantas, sembrar y cosechar y disfrutar”.

Los recorridos turísticos en el noroccidente es una estrategia del Municipio de Quito, a través de la Administración Zonal La Delicia y Quito Turismo. Sebastián Almeida Dillón, especialista en investigación y desarrollo rural de Quito Turismo comenta que “estamos aquí para promocionar y difundir los atractivos turísticos relevantes para que la gente conozca los potenciales gastronómicos, ancestrales, arqueológicos de la zona del noroccidente”.

 

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