Pacientes con riesgo de pie diabético reciben la atención en la Unidad Metropolitana de Salud Centro
La Podóloga Lorena Mora es una profesional independiente y voluntaria, que se encuentra dando este servicio a los grupos de apoyo de pacientes con enfermedades crónicas no transmisibles de la Unidad Metropolitana de Salud Centro, quienes reciben charlas preventivas sobre el cuidado de la salud de sus pies; complementariamente cada uno de los pacientes fue examinado, diagnosticado y tratado. En esta valoración se encontró un alta incidencia de enfermedades de piel, uñas, malformaciones de dedos, pisada inadecuada y problemas en el cuidado de sus pies relacionadas con la higiene.
Entre las principales patologías se encontró dermatomicosis, tiñea pedís o pie de atleta, uñeros, engrosamiento de uñas, onicogrifosis, onicomicosis, engrosamiento de la piel por roce o fricción, helomas (callos), resequedad en la piel, verrugas plantares, hiperhidrosis, talalgias, Juanete, dedos en garra, malformaciones del pie por el uso de calzado inadecuado.
Tener diabetes aumenta el riesgo de presentar complicaciones en los pies. Además, con la diabetes, los pequeños problemas en los pies se pueden convertir en situaciones graves, como daños neurológicos (neuropatía) y mala circulación de la sangre. La neuropatía causa pérdida de sensibilidad en sus pies, impidiéndole sentir dolor o incomodidad, de manera que no se puede detectar una lesión o irritación. La mala circulación en los pies reduce la capacidad de sanar, haciendl que una pequeña cortada pueda resistir una infección.
La prevalencia del pie diabético está situada entre el 8 % y 13 % de los pacientes con diabetes mellitus. Esta entidad clínica afecta mayormente a la población diabética entre 45 y 65 años. El riesgo de amputaciones para los pacientes diabéticos es hasta 15 veces mayor que en pacientes no diabéticos. La incidencia de amputaciones en pacientes diabéticos es de 2,5-6 / 1000 pacientes/año.
La Podóloga señala que “la consulta consiste en una detallada revisión de la información médica del paciente para luego pasar a una valoración física de piel, empeine, dedos, interdigitales, uñas, planta del pie; se valora los pulsos distales, evalúa la sensibilidad al tacto y al dolor, permitiendo, durante la exploración, detectar puntos de sobrecarga. Todos estos elementos dotan al profesional de la información necesaria para la elaboración de tratamientos conservadores que evitan desarrollar lesiones como las úlceras. Las complicaciones derivadas de las úlceras suponen anualmente un número notable de amputaciones en los hospitales de todo el país.
La Técnica en Podología es una profesional capacitada para trabajar dentro del equipo multidisciplinario de salud y para cumplir con un rol educativo, preventivo, orientador, efectua ndo tratamientos, diagnósticos relacionados con las diversas patologías que afectan los miembros inferiores dentro del área específica de su competencia.
Posee conocimientos en las materias básicas afines a la disciplina que le permiten comprender e interpretar racional y perfectamente los fundamentos de los procedimientos y técnicas que realiza.
Todo esto es un motivo de peso para que se implemente el servicio de podología en el sistema de salud pública del Ecuador.