Concejo conoció la visión de Quito al año 2040

En sesión ordinaria, el Concejo Metropolitano conoció sobre el Plan de Quito con visión al 2040 y su Nuevo Modelo de la Ciudad, así como sus diferentes  políticas, planes, proyectos y programas, desarrollados por la municipalidad para llegar a esa meta.

José Ordóñez, director del Instituto Metropolitano de Planificación Urbana (IMPU), indicó que previo al Hábitat III se realizó una gran convocatoria para que diferentes sectores de la sociedad quiteña participen en la elaboración de  la ciudad hacia el año 2040. Se contó con los aportes de la  academia, sociedad civil, colectivos sociales, expertos en materia de desarrollo urbano y representantes  de barrios del Distrito.

Gracias a ese aporte se identificaron cinco grandes desafíos que son abordados por la Visión de Quito al 2040, los cuales tienen que ver con hacer de Quito una ciudad inclusiva y abierta para todos, ambientalmente responsable, diseñada para la vida, una ciudad global y  competitiva que valore su cultura e historia. Estos retos fueron el resultado de un proceso ampliamente participativo en los meses previos a Hábitat III y se presentó como construcción de la Visión de  Quito hacia el 2040.

En el proceso participaron 140 expertos en materia de desarrollo urbano, más de 800 personas representantes de más de 200 organizaciones sociales, colectivos y organizaciones de la sociedad civil, más de 2000 representantes de barrios en las distintas  zonas del Distrito.

Ordóñez dijo que la Visión propone que Quito, en el año 2040, sea una ciudad moderna y humana donde sus ciudadanos se sientan parte de ella y vivan con dignidad; una ciudad resiliente, que enfrenta los retos y se repone de las amenazas; que considera que la diversidad cultural es su mayor riqueza y mantiene vivo su patrimonio histórico; donde se promueve el ejercicio pleno de los derechos humanos en un marco de libertad y democracia.

Además, dice el Plan, que sea una ciudad en la que el diseño urbano sirva a la vida, que sea ambientalmente responsable, solidaria, inclusiva, donde prosperen los emprendimientos privados y esté abierta al mundo. Quito en el año 2040 debe ser una ciudad que cuida y disfruta de su patrimonio natural, da prioridad al peatón, cuenta con espacios públicos de calidad y con una movilidad eficiente, sostenible e inclusiva.

 Ejes y metas

 Ciudad Ambientalmente Responsable

Una ciudad que reduce, reúsa y recicla; mantiene y cuida las fuentes hídricas y los ríos, las quebradas y la calidad del aire; y consume los recursos de manera racional.

 Ciudad solidaria e Inclusiva

Una ciudad en la que nadie se queda atrás, que lucha contra toda forma de discriminación y cuya capacidad de desarrollo está dada por su grado de cohesión social. Busca reducir las brechas sociales y protege especialmente a la mujer, a los niños, a los adultos mayores, a las personas con discapacidad y a los ciudadanos en situación de pobreza, vulnerabilidad o riesgo.

Ciudad global y competitiva

Una ciudad abierta al mundo, que por su ubicación geográfica se convierte en la capital de la integración regional, que promueve el emprendimiento y la inversión privada, está conectada con el resto del país y del mundo.

 Ciudad del Ciudadano

Se promueve el derecho a la ciudad. Es una ciudad en la que las personas viven dignamente, se sienten orgullosas e integradas. Una ciudad que impulsa el ejercicio pleno de los derechos humanos, la cohesión social, la convivencia armónica y participación de sus ciudadanos.

Red verde urbana

Un sistema de corredores urbanos y parques por los que fluye la vida. La vegetación nativa de las quebradas y de las montañas, los suelos permeables, los huertos urbanos, los techos y los muros verdes ocupan la ciudad.

Ciudad  Resiliente

Para conseguir la resiliencia de Quito es necesario tener un entendimiento profundo de los impactos agudos y tensiones que la ciudad afronta, entre ellos: graves amenazas naturales como terremotos, deslaves, incendios forestales y volcanes activos; una historia de inestabilidad económica; una expansión urbana poco controlada; y la congestión vehicular, que aporta a la degradación del ambiente. Su capacidad de reacción e intervención en estas problemáticas.

Ciudad cultural y diversa

Una ciudad que reconoce a la diversidad como su mayor riqueza, y la protege, promueve y celebra. Ofrece a sus ciudadanos la oportunidad de expresar su cultura y acceder a una gran variedad de manifestaciones culturales. Apreciación del patrimonio y de la identidad.

 Ruralidad integrada

El mundo rural y la ciudad están plenamente integrados. Se reconoce la importancia de la ruralidad para las zonas urbanas, se celebra y conserva su identidad cultural. Se promueve la agricultura sostenible, se protegen los recursos agrícolas, culturales, ecológicos y paisajísticos. Se impulsan los emprendimientos económicos en el espacio rural.

Patrimonio Natural

La biodiversidad y los recursos forestales e hídricos son fuente de riqueza, conocimiento y salud. Las áreas naturales se protegen de actividades extractivas y también del crecimiento urbano y de la frontera agrícola. El turismo ecológico contribuye significativamente a la economía.

Ciudad compacta

En lugar de extenderse sin límite, la ciudad se densifica y ofrece al ciudadano trabajo, educación, salud, recreación, cultura y otros servicios cerca de su vivienda. Se potencian, equitativamente, polos de desarrollo compactos y autosuficientes. Estas centralidades se interconectan y revitalizan con espacios públicos verdes, movilidad, equipamiento cultural y nuevas oportunidades económicas.

Patrimonio Vivo

El Centro Histórico y las otras áreas patrimoniales están llenos de vida. Son lugares seguros, de uso residencial y comercial, inclusivos, conectados con transporte masivo eficiente. El espacio público de calidad, las áreas peatonales y la gran variedad de negocios acogen a los visitantes y logran que personas de diferentes condiciones residan allí.

Desarrollo orientado al transporte masivo

La ciudad se densifica en torno a las estaciones de transporte público. Las zonas aledañas tienen un uso mixto residencial y comercial, se revitalizan económica y culturalmente, en especial aquellas que se encuentran deprimidas o marginadas.

Movilidad Sostenible

Los vehículos son más eficientes, funcionan con energías alternativas y contribuyen a una mejor calidad del aire. Se da prioridad a los medios no motorizados. Se impulsan los sistemas de transporte compartido y se usa la tecnología para ordenar y potenciar la infraestructura vial

Movilidad inclusiva

La movilidad ofrece seguridad, cobertura, e integración social. La ciudad acoge y celebra la diversidad, conecta las áreas urbanas y rurales, y llega a zonas marginales o deprimidas. Se busca eliminar la discriminación y proteger a la mujer de toda forma de maltrato o acoso en el transporte público, así como garantizar la accesibilidad universal.

Transporte público eficiente

Un sistema de transporte multimodal e integrado disminuye los tiempos de viaje y contribuye a dinamizar la economía. La ciudad gasta menos recursos y la calidad de vida del ciudadano mejora.

Ciudad para el peatón

El espacio público, las plazas y calles vuelven a ser lugares de encuentro, de descanso, de convivencia armónica. Se diseña una ciudad para las personas, que prioriza al peatón. Grandes zonas urbanas son peatonizadas y estas se convierten en espacios seguros, culturales y recreativos para el disfrute de los ciudadanos.

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