Ser plomero es mi pasión
La reparación y mantenimiento de las redes de distribución de agua potable es una tarea permanente. La Empresa Pública Metropolitana de Agua Potable y Saneamiento (Epmaps-Agua de Quito) realiza reparaciones las 24 horas del día, los 7 días de la semana para garantizar el suministro del líquido vital en la ciudad y evitar el desperdicio.
Jaime Taco es uno de los plomeros de Epmaps que, desde hace 13 años se encarga de la reparación de fugas de agua potable. Junto con sus dos compañeros de cuadrilla y el jefe de turno revisan las solicitudes de atención que llegan diariamente a través del número gratuito 1800 242424, de las redes sociales de Agua de Quito y del ECU 911; trazan el recorrido y empiezan su labor en campo.
En la noche, el turno inicia a las 19:00 y concluye a las 06:00 del siguiente día. “En la noche el trabajo es más tranquilo por lo que no hay tráfico, aunque hay veces que el frío es tremendo”, señala Jaime, al revisar una fuga en la vereda de la vivienda de Carlos Maldonado.
“Estoy muy contento con mi trabajo es muy gratificante ayudar a los ciudadanos. Cuando uno arregla la fuga ellos se quedan agradecidos. Cuando dan las gracias uno se siente satisfecho, aunque algunos nos insultan, a veces la gente no comprende la dificultad del trabajo”, añade mientras saca sus pies mojados de la pequeña zanja abierta para controlar la fuga.
En los turnos de la noche, según la complejidad del trabajo, cada cuadrilla repara un promedio de ocho fugas. “Nosotros seguimos laborando normalmente, los primeros meses de la pandemia teníamos temor del contagio, muchos compañeros se enfermaron y nuestra mayor preocupación era no afectar a nuestras familias”, agrega y se muestra seguro porque ya recibió la primera dosis de la vacuna.
Jaime es uno de los héroes del agua que recorren el Distrito Metropolitano para reparar las tuberías averiadas y evitar el desperdicio de agua. En el Departamento de Agua Potable son 236 personas entre operativas y administrativas, que entre otras cosas, se encargan de reducir las pérdidas del líquido vital. En Quito, el índice de agua no contabilizada es del 28,07% y se ubica como los más bajos de la región en donde el promedio es del 40,38%.