La importancia del mantenimiento y monitoreo de las estructuras de cruce en Quito
Un 85% de avance registran los trabajos para aumentar la capacidad hidráulica de la estructura de cruce en la quebrada del barrio Polla de Oro, en la av. Simón Bolívar – Collacoto.
Estos trabajos se ejecutan como parte del monitoreo y mantenimiento permanente que realiza la Empresa Pública Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas, Epmmop, en esta zona.
La actividad en esta estructura de cruce consiste en aumentar el diámetro de la tubería existente para que circule mejor y más rápido el caudal del agua, colocar una adicional y construir un muro de gaviones para protección del talud.
Quito cuenta con alrededor de 240 quebradas y casi por todas pasa una vía. En estos lugares se construyeron estructuras de cruce de diferentes dimensiones cuya función es dar continuidad a un caudal de agua que pasa por una quebrada. Pablo Ávila, jefe de emergencias de la Epmmop explica la importancia de estos elementos de conducción, su función y mantenimiento.
“Al construir una vía sobre una quebrada es necesario hacer una estructura de cruce para darle continuidad al caudal del agua que circula por una quebrada. Estas estructuras deben ser monitoreadas y en algunos casos hay que hacer adecuaciones de acuerdo a varios factores como al aumento del flujo de agua”.
Las quebradas son sistemas de drenaje natural que necesitan una circulación fluida del agua. De ahí, que al construir una vía se hace relevante la existencia de estas estructuras para permitir esa circulación normal que el agua necesita. El mantenimiento que realiza la Epmmop en estos sitios es de gran importancia para evitar embalsamientos (acumulación de agua), erosión en taludes, deslizamientos, daños en las mesas viales, entre otros.
Cuando se presentan embalsamientos, la Epmmop trabaja con la Empresa de Agua Potable y Saneamiento, Epmaps, para utilizar una bomba de succión, retirar el agua y continuar con la limpieza.
“Las estructuras de cruce pueden ser tipo colector de hormigón armado o también tuberías metálicas. La periodicidad de mantenimiento depende de la quebrada, de sus características, tipo de suelo, en fin. Si se trata de un suelo propenso a deslizamientos, lo recomendable es un mantenimiento dos o tres veces al año. También depende del tipo de vía, por ejemplo, si es de primer orden es necesario un constante monitoreo”, agregó Ávila.
Las quebradas son gestionadas por la Secretaría de Ambiente, entidad que tiene a su cargo todos los sistemas de drenaje natural. Para cualquier intervención ellos son los que organizan a las empresas municipales para que sea un trabajo interinstitucional.
“Hace dos semanas nos convocaron a una limpieza en la estructura de cruce de la quebrada Pazhuayco en el Valle de Los Chillos. Estuvimos también en Nayón, en Caupichu en una estructura que pasa por la av. Gonzalo Pérez Bustamante donde las crecidas son fuertes y es necesario mantenimientos permanentes”, dijo Ávila.
También se trabajó en la quebrada Angarrachaca por la Ruta Viva, calle Línea Férrea, entro otros, agregó el jefe de emergencias de la Epmmop, quién además destacó la importancia de la corresponsabilidad ciudadana.
“La ciudadanía no debe botar basura, escombros en las quebradas y no construir cerca a los bordes de las mismas. Estos factores aportan a que las estructuras de cruce colapsen y las vías se afecten. En cuanto a las construcciones en bordes de quebradas, la dinámica del río hace que se recorran los taludes y las viviendas pueden afectarse”.
En casos de tratarse de cuencas de aportación de aguas lluvias muy grandes por donde pasen ríos, no es necesario una estructura de cruce, sino puentes. En ocasiones también se construyen grandes colectores que están a cargo de la Empresa de Agua Potable. Ellos hacen toda una estructura de captación.