Proyecto Geoparque comparte al mundo realidad mágica de Quito
Lo más cercano a la inspiración de Endara Crown o García Marqués, en su realismo mágico traído a la realidad, se descubre en el noroccidente de Pichincha.
En pleno Distrito Metropolitano de Quito hay lugares donde las gamas de verde y lo miles de colores de orquídea parecen nacer de arcoíris y cascadas; de aromas a caña, café y cacao. El clima ideal en el reino del oso de anteojos.
Todas estas realidades de intensa belleza, están siendo documentadas por un grupo de especialistas del Municipio del Distrito Metropolitano de Quito, para incluirlas en un dossier que compila todas las perspectivas requeridas, por UNESCO, para declarar a Quito Geoparque.
La Comisión Técnica del MDMQ para geoparque visitó el santuario de aves de La Paz, en la zona de Nanegalito, por su enorme potencial ornitológico y turístico. Un enclave en medio del bosque húmedo, cerca del río Pachijal, donde es posible avistar, a placer, más de 168 especies de aves que habitan el sector. Entre ella destacan la Ampita y el Gallito de la Peña, como nos cuentan Wilson Paz y su hermano, guardaparques del santuario, quienes llaman a las aves con silbidos.
Los geólogos de la comisión Jorge Ordóñez del MDMQ, Gorki Ruiz del Universidad Central y Eliana Jiménez de la Politécnica Nacional, a cada paso dan cuenta de la conformación volcánica de los suelos. Las capas de cada erupción en la historia geológica, están apiladas. Vale decir que se trata de una cultura y un paraíso nacidos de los volcanes de esta geografía.
Entre los colúncos, que son antiguos caminos que usaron los Yumbos que vivieron en el noroccidente siglos atrás, se descubren manantiales de agua fresca y pura. Entre ellos sobresale la llamada roca Oronzona. Una roca gigante en cuyo interior golpea una cascada cristalina, un lugar de purificación para los nativos.
Un lugar especial para los estudios de la comisión fue la Reserva Privada Maquipucuna. 6000 hectáreas dedicadas a la conservación, estudio y disfrute de la flora y fauna más puras. Es quizá el único lugar en el país donde hay una ruta descrita que visitan anualmente los Osos de Anteojos y donde a distancia prudencial, pueden ser avistados, según indicó Rebeca Justicia, miembro de la fundación Maquipucuna.
En Maquipucuna se estudian posibilidades de cultivos o actividades productivas amigables con el bosque. Siendo, sin duda, el ecoturismo la principal.
La comisión concluyó este capítulo de sus estudios con la visita a la cascada de la Piragua. Un sitio en medio del noroccidente donde el agua viene golpeando desde las alturas y en su viaje describe colores que se mezclan con los verdes y los olores del bosque. Aquí están 1600 especies botánicas de las casi 20 mil que hay en Ecuador y por lo menos 900 especies de aves.
Naturaleza y culturas intensas propias de una tierra geológicamente activa, cuyo enorme potencial esta siendo hoy documentado por el MDMQ para que la UNESCO reconozca a Quito la condición de Geoparque, como lo enfatiza Gabriela Zuquilanda directora metropolitana de relaciones internacionales y coordinadora del ambicioso proyecto.