Curso de Arte Quiteño dirigido al Cuerpo Diplomático atraerá más turismo a la ciudad

Este fin de semana concluyó el XIV Curso de Arte Quiteño que contó con la entusiasta acogida de por lo menos 35 diplomáticos y cooperantes extranjeros residentes en Quito.

Durante tres sábados consecutivos las callejuelas de la mágica ciudad colonial, de San Francisco de Quito, transportaron a los ilustres huéspedes medio milenio hacia atrás, en el tiempo. El versado relato del historiador Alfonso Ortiz, elevó el imaginario por las chimeneas de la ciudad conventual. Las misteriosas y profundas rutas internas de los conventos, chocaban contra magníficas puertas de madera, que al abrirse delataban secretos, con sabor a tesoro.

El ameno viaje por Quito colonial entregó una probada de sus mejores historias. Para finalizar el curso organizado por el Municipio del Distrito Metropolitano de Quito a través de su Dirección de Relaciones Internacionales, los invitados llegaron hasta las alturas de la cúpula mayor de la Basílica Nacional.

Como parte final, los participantes, conocieron de la historia de uno de los conventos emblemáticos de la urbe, Patrimonio de la Humanidad, San Francisco de Quito. Este enclave de la cristiandad ecuatoriana que ha sido también refugio y tumba de notables líderes indígenas, guarda arte que descubre con diafanidad y hermosura el mestizaje de esta tierra.

El bello coro de la centenaria iglesia, labrado en finas maderas hace medio milenio, fue el último escenario donde los testimonios del pasado brotaron a través del arte, la arquitectura y la luz, para contar a los representantes de los países amigos, de una historia atribulada, pero rica en tradiciones y matices.

El embajador del Japón en Quito, Morishita Reiichiro, expresó su agradecimiento por un curso que, según indicó, no solo contribuyó al conocimiento de nuestra cultura, sino que lo dejó maravillado por su diversidad. La directora metropolitana de relaciones internacionales, Berioska Torres mostró su satisfacción por la gran acogida y aprovechamiento de un evento cultural dirigido a las naciones amigas del Ecuador.

Juan Pablo Hiriat, diplomático chileno, dijo estar impresionado por la forma en que nuestros artistas relatan la historia del país a través de un pincel.

La embajadora de México, Raquel Serur, encontró en este curso lo que definió como un mundo de hermosos elementos históricos expresados en arte y arquitectura, de características similares a los de México, pero con elementos nuevos, diferentes, maravillosos, concluyó.

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