Pirata y Kiara parte de la familia Bicentenario
La Unidad Educativa Municipal del Milenio Bicentenario cuida de Kiara y Pirata, dos perritos adoptados llegaron hace un año a las puertas de la institución.
Fue en el año 2020 cuando los canes decidieron ser parte de la institución y llegaron para quedarse y velar por la alegría y seguridad de los niños, jóvenes y el personal del Bicentenario.
Su cuidado está bajo la responsabilidad del personal de guardianía del plantel, quienes se encargan de bañarlos, darles de comer y de beber agua, en tanto que los aspectos médicos como vacunas y esterilización lo maneja el personal directivo.
Los estudiantes son parte activa del proceso de alimentación, por ello desarrollan varias actividades para recaudar, de forma voluntaria, alimento entre la comunidad educativa, quienes gustosos aportan para mantener a sus canes fuertes y sanos.
“Nuestras mascotas institucionales son parte de la Familia Bicentenario es nuestra responsabilidad cuidar y velar por su bienestar mientras estén aquí. Ellos son ejemplo de amor, amistad, gratitud, trabajo, compañía y fidelidad sin interés”, señaló Rita de la Cueva, rectora de la institución educativa.
Para seleccionar los nombres de los canes se realizó un proceso especial, para Kiara se aplicó una encuesta y fruto de ella se seleccionó su nombre. Kiara, de raza Pastor Alemán, es una perrita cariñosa, juguetona con los niños y jóvenes de la institución.
Pirata lleva su nombre por la particularidad de sus ojos, pues tiene un ojo color celeste y un ojo color café, por ello los estudiantes lo denominaron así.
Pirata fue el que primero llegó a la institución y cuando Kiara apareció, fue quien le dio cariño y cuidado pues era una cachorrita cuando la recibieron.
Los dos canes, reciben el cariño y protección de todos quienes forman parte de la Institución, y también son parte del equipo de vigilancia, pues acompaña a los guardias de seguridad en sus actividades.
Esta acción demuestra que siempre es posible brindar un hogar a los perritos de la calle y ser parte de la solución.
Es la mejor muestra de cariño y amor que se puede reflejar al acogerlos , además es un ejemplo de responsabilidad que los niños observan de los adultos por que los valores se enseñan con el ejemplo. Yo comprendo de la mejor manera esta adopción , por que en mi caso yo trabajo en una institución educativa y también adoptamos un perrito que un día ingresó a nuestra escuelita en las peores condiciones y ese fue el inicio de un nuevo estilo de vida para nuestro cachorrito, su nombre es Alejo de la Escuela Alejandro Cárdenas, Quito.