Agentes de Control Metropolitano culminaron su vida laboral

Este 30 de diciembre, diez agentes de control se jubilaron después de más de 35 años de servicio a la comunidad, recibieron un reconocimiento por su labor en beneficio de la ciudad realizada con responsabilidad, honradez y vocación; valores que permanecerán en las nuevas generaciones, como legado de su profesionalismo.

En las instalaciones del Cuerpo de Agentes de Control Metropolitano Quito (CACMQ), las autoridades despidieron con honores, a través de una ceremonia emotiva, al Inspector Tomás Zambrano, Subinspectores Manuel Granda y Francisco Salazar y a los Agentes de Control: Julio Andino, José Collaguazo, Guillermo Donoso, Vicente Yunapanta, Franklin Girón, Galo Lara y Mario Miranda; quienes se acogen a la jubilación voluntaria. Por su parte, los agentes entregaron a las autoridades el uniforme color azul cardenillo, que portaron en el servicio de la comunidad.

Tomás Zambrano Delgado, en representación de los jubilados, agradeció a nombre de sus compañeros, además, recordó las anécdotas y vivencias sucedidas durante su labor.

“Nos ha llegado el momento de dedicarnos a otras actividades y disfrutar de un descanso y pasar fechas importantes junto a nuestras familias, ya que durante años estas fechas hemos servido a la ciudadanía. Solo me queda decir muchas gracias a mi querida institución porque me permitió crecer personal y profesionalmente, además servir a la comunidad”, manifestó Zambrano.

Ramiro Aldás Morán, director General del CACMQ, felicitó a los servidores por dejar una huella de ejemplo en la institución. “Son más de 35 años al servicio de la ciudad de Quito, sin duda que durante su paso por esta centenaria y noble institución tuvieron muchas vivencias y un bagaje de aprendizajes que seguramente marcaron su vida profesional y familiar, siendo los cuarteles del Cuerpo de Agentes su segundo hogar, en donde entregaron su contingente de trabajo en forma desinteresada, transparente y profesional, lo que no podemos dejar de reconocer”.

El tradicional Espadero, que desde 1825 lleva las buenas noticias, fue quien dio lectura al reconocimiento de su trayectoria laboral en la institución, los jubilados entregaron el uniforme que vistieron a las autoridades institucionales y recibieron su placa de reconocimiento.

Familiares y compañeros acompañaron a los uniformados que se despidieron de la institución con su silbato en mano entonaron su característico sonido, el mismo que los acompañó durante su labor en el espacio público para saludar a un superior jerárquico, disuadir a los comerciantes no regularizados y pedir ayuda.

Sus compañeros uniformados los despidieron deseando que esta nueva etapa de sus vidas esté llena de éxitos y buenas energías. Es tiempo de disfrutar de ese descanso tan merecido que les va a permitir disfrutar de la vida en familia. Los mejores augurios para los diez agentes de control que culminaron su vida laboral con éxito.

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