El emblemático oso andino, un reto de conservación para Quito
En el marco del ‘Día Mundial del Oso’, la Secretaría Metropolitana de Ambiente preparó una jornada activa con temáticas de interés, brindadas por reconocidos expositores de alto nivel en el ámbito de la investigación y conservación del oso andino, considerado como la única especie de su grupo en Sudamérica, lo que lo hace uno de los habitantes más emblemáticos de la cordillera andina.
El también llamado oso de anteojos está clasificado como vulnerable a nivel global y consta como una de las especies amenazadas de fauna silvestres. Se encuentra en cinco países de nuestro continente. Se prohíbe su comercialización, sea de individuos vivos, muertos o alguna de sus partes; en Ecuador, se cataloga como una especie en peligro, pues se estima que su población se ha reducido en más del 50 % en los últimos 50 años, por la pérdida de su hábitat, por carreteras que cruzan en su paso, por perros domésticos no controlados, por tráfico y cacería.
Quito la ciudad más biodiversa de Latinoamérica, alberga 17 ecosistemas, con alrededor de 112 mamíferos, 540 aves, 145 anfibios y reptiles que comparten territorio junto a los quiteños.
Santiago Molina, investigador y ecólogo, menciona: “Dentro de las investigaciones realizadas desde el 2008, en el Corredor Ecológico del Oso Andino y en los últimos dos años en los páramos orientales de Quito, han colocado cámaras trampas en más de 100 sitios diferentes del corredor, para monitorear al oso andino, junto al trabajo conjunto con las comunidades, formando a técnicos en el monitoreo y uso de estos dispositivos”.
Por su parte, Martín Bustamante, director de la Fundación Zoológica del Ecuador, habló sobre la importancia del ‘Plan de Acción para la Conservación del Oso Andino en el Ecuador’, instrumento que tomó años de discusión por parte de varios actores institucionales y de las organizaciones de sociedad civil, que participaron en su elaboración, la misma que finalmente fue oficializada en julio del año 2020. Este plan dicta las líneas que deben regir para la conservación del oso y esto marca una serie de acciones esenciales que deben llevarse a cabo.
Esta especie, considerada como un medidor de la vida de los páramos, es una prioridad para los países de toda la región. En este sentido, Ángela Parra, bióloga y especialista en Derecho Ambiental en Colombia, intercambió sus experiencias en el manejo y conservación de esta especie tan icónica. “De las ocho especies de osos que habitan en el mundo, tan solo una habita en Sudamérica, y ese es el oso andino, quien, además, solo en Ecuador se ve de forma muy particular sus visibles anteojos, grandes y manchados, mientras que los nuestros en Colombia, por lo general no tienen esa característica”, advirtió.
Cada vez son más continuos los contactos de la gente con el oso andino, por tal razón, tenemos la responsabilidad de conocerlo, protegerlo, cuidarlo y de respetar su territorio. El corredor ecológico del noroccidente de Quito, es una de las soluciones naturales del Subsistema Metropolitano de Áreas Protegidas, por sus remanentes de bosques esenciales para la vida silvestre, son alrededor 64 554 hectáreas donde el Municipio promueve la conservación de nuestro patrimonio natural.
El oso andino se alimenta de achupallas, frutos, raíces, cortezas, hojas, de hongos, cactus, insectos; también de animales, de carroña y eventualmente del ganado, causando conflictos con los campesinos y ganaderos, razón por la cual, es perseguido y eliminado. El desconocimiento hace que la gente los persiga sin motivo suficiente, no hay reportes que indiquen ataques de osos a humanos, sin embargo, ellos, si han perdido el 51 % de su territorio.
Para conocer más sobre este tema puedes revisar el webinar: Quito Territorio del Oso Andino en: https://fb.watch/bmax296NK4/