El arte urbano le puso color al parque Pambachupa, hoy recuperado tras aluvión

Con sumo cuidado, como si se tratase de una obra de caligrafía, Daniel Zúñiga retocaba los contornos del casco de un bombero. El mural de este servidor público se plasmó en el corazón del parque Pambachupa, localizado en la zona afectada por el aluvión del pasado 31 de enero.

En este espacio verde se concentró la mañana del sábado, 5 de marzo de 2022, la minga ‘Yo amo a Quito’, una actividad liderada por el Municipio capitalino para rehabilitar, recuperar y reactivar los barrios afectados por la emergencia.

Además, de los trabajos para adecentar los predios que tuvieron algún daño en sus espacios y estructuras, en el parque se realizó una feria para apoyar a los negocios del sector.

“Tenga cuidado, solo debe fondear los extremos de la pared”, dijo Daniel a una de las dos voluntarias que colaboraron en el mural que sería un homenaje a las personas que ayudaron en el aluvión, en este caso a un bombero.

El joven artista, Daniel Zúñiga tiene 20 años, vive en Tababela y colabora con la Administración Zonal Tumbaco. De allí, su aporte en la minga fue total.

El primer trazo o esqueleto, como lo llaman dentro del arte urbano, lo hizo en las primeras horas de la mañana; luego vinieron los retoques de luz y sombra para dar una profundidad a la representación del bombero.

Pasado el mediodía, la obra estuvo casi terminada. “Esta es mi contribución ante este suceso lamentable”, apuntó el estudiante de Arte Plásticas de la Universidad Central del Ecuador.

En otra pared del parque, Isaac Ushiña, más conocido con el nombre artístico de ‘Lápiz’, se esmeraba en su mural para embellecer el parque de Pambachupa. No estuvo solo, lo acompañaron cinco integrantes del colectivo Big Brother, del valle Los Chillos.

La obra representa fauna y flora multicolores, tiene la misión de mostrar “como la vida nace después de una tragedia”, apuntó Isaac. Esa representación estará lista en un par de días, por la complejidad de sus trazos.

Y mientras los artistas urbanos se concentraban en sus trabajos, los asistentes a la minga ‘Yo amo a Quito’ se detenían a mirar los trazos que, poco a poco, cobraban forma y color.

 

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