El Arrastre de Caudas es una tradición en Quito
El miércoles de Semana Santa se realiza, en la Catedral Metropolitana de Quito, la ceremonia religiosa Arrastre de Caudas o también conocida como la Reseña de la Cruz. Este miércoles 13 de abril, a las 16:00, se desarrolló este rito religioso, al que acudió el alcalde de Quito, Santiago Guarderas Izquierdo, concejales metropolitanos, autoridades locales, nacionales y eclesiales.
El alcalde de Quito, Santiago Guarderas Izquierdo, dijo que: “Ha sido muy importante que dentro de la agenda cultural y religiosa retomemos este tipo de actividades que son tradiciones fundamentales, especialmente para los católicos. He recibido las felicitaciones de los embajadores por retomar estas actividades y hacer de esta ciudad cada vez más bella y atractiva”.
El Arrastre de Caudas, que es la purificación de los pecados, es conocido como un rito fúnebre de origen romano que llegó a Quito en 1550. Solamente la ciudad capital mantiene esta ceremonia a nivel mundial. Se la realiza con la reliquia de la verdadera Cruz de Cristo.
La celebración se destaca por ser la única conmemoración fúnebre en homenaje a Cristo de todo el mundo católico. Sus tradiciones y rituales llegan a convertirse en una fortuna para quienes tienen la suerte de contemplarla.
Cuando un general moría por guerra o enfermedad, el jefe de la legión hendía el aire con el estandarte sobre el cadáver de éste. De esta manera las virtudes y fortalezas del general pasaban al ejército que, posteriormente recibía el flameo del estandarte. Tras la desintegración del imperio romano, muchas de sus tradiciones pasaron al cristianismo, y concretamente esta tradición pasó a la arquidiócesis de Sevilla y de allí llegó a Quito, única ciudad latinoamericana que la realiza.
Ocho canónigos visten de negro y llevan tres prendas: la sotana, una capa pequeña y la capucha de la que se desprende la cauda, una tela negra de varios metros de largo que cae por las espaldas de los religiosos y se arrastra por el suelo. El Arzobispo lució una vestimenta púrpura, dorada y blanca, adornada con bordados en hilos de oro y plata.
La ceremonia fue presidida por el Arzobispo de Quito, Alfredo José Espinoza Mateus, quien, ataviado con capa magna, bonete cubierto por la cogulla fue acompañado por los canónigos, vestidos con capas negras y cogulla con vueltas de terciopelo, llevan la cauda negra larga, desplegada en toda su extensión.
La solemne procesión fúnebre inició con los canónigos colocados en orden inverso a su precedencia. Cada uno de ellos estuvo acompañado de dos acólitos que llevaron cirios en sus manos, un tercer acolito cuidó de la extremidad de la cauda.
La vestimenta negra de los canónigos representa a la humanidad pecadora. Este momento recuerda que es necesario reconocer nuestras faltas. En silencio los canónigos marchan al son de la marcha fúnebre ejecutada lenta y majestuosamente.
La ceremonia de la batida de la bandera inició cuando el prelado deja la reliquia de la verdadera Cruz de Cristo y tomó en sus manos la bandera negra con una cruz roja, la batió primero sobre el altar y luego sobre los canónigos, quienes permanecieron postrados en el coro bajo.
El Arzobispo batió la bandera sobre todos los fieles para transmitir el poder salvador de Cristo, muerto y resucitado.
Cristina Rivadeneira, gerente general de Quito Turismo expresó que estas actividades son una puerta para atraer el turismo nacional e internacional. “En esta Semana Santa que hemos vuelto a la presencialidad y en coordinación con la arquidiócesis y otras instancias municipales. Hoy hemos tenido el ‘Arrastre de Caudas’, con la presencia de más 700 personas al interior del templo”. En los exteriores se colocaron sillas y pantallas gigantes para que las personas que no pudieron ingresar sigan la transmisión de este rito.
Por estas tradiciones, por el esplendor de sus templos y por la fe de su pueblo, Quito es uno de los mejores destinos de turismo religioso de la región.