Los uilli-uillis volvieron al Bicentenario
Una nueva manera para relacionarse con el espacio público y brindar nuevas oportunidades para que la vida silvestre se restablezca en la ciudad es posible gracias a los esfuerzos conjuntos de ‘Sembrando Raíces’, el Zoológico de Quito y su equipo técnico y el Municipio de Quito, a través de la Dirección de Parques, la Gerencia Administradora de Espacios Verdes de la Epmmop.
Desde el sábado 7 de mayo del 2022, un numeroso grupo de renacuajos de rana marsupial andina (Gastrotheca riobambae) habitan en dos charcas ubicadas en el bosque andino del parque Bicentenario. Llegaron desde Puéllaro, donde fueron hallados en un estanque ubicado en un parque de esta parroquia, al nororiente de Quito.
Esta reinserción de uillis-uillis es parte del proyecto de conservación in-situ del Zoológico de Quito, una acción posible gracias a la iniciativa del grupo familiar Neira Fabara, quienes a través de su proyecto ‘Sembrando Raíces’, han restaurado un espacio del parque Bicentenario con árboles y vegetación nativa, logrando recuperar un hábitat apto para la vida de esta rana que, antiguamente, vivía en estas zonas de Quito. Todo esto en base de criterios técnicos de instituciones nacionales e internacionales que gestionan la conservación de anfibios.
Previo a la reinserción, se realizó un análisis de los renacuajos encontrados en el estanque del Parque Cerro La Luz en Puéllaro, para identificar si esta población está libre del hongo quitrido (Batrachochytrium dendrobatidis) y que su translocación a un nuevo lugar no represente riesgo sanitario ni transporte de enfermedades.
Esta acción cuenta con el aval y los permisos del Ministerio de Ambiente y Transición Ecológica y es un resultado más del proyecto integral que el QuitoZoo trabaja desde el año pasado para preservar a la rana marsupial andina, enfocado en el manejo, conservación y educación ambiental.
Durante el transcurso del año las especies colocadas en el parque Bicentenario serán monitoreadas y se plantea la reinserción de renacuajos en otras zonas de la ciudad. El regreso de las ranas marsupiales a Quito requiere que la ciudadanía asuma un compromiso de cuidado de las zonas verdes.