La EP Emseguridad asistió con ayuda humanitaria en el barrio Buenaventura
“Cómo están, recuerden que tienen a su disposición los albergues municipales, allí se pueden quedar hasta que limpien sus casas…”. La frase es de Diego Tufiño, del equipo del Fondo de Emergencia de la EP Emseguridad, y la escuchan algunos vecinos de Buenaventura, un barrio que resultó afectado por el torrencial aguacero que cayó la noche de miércoles, 18 de mayo de 2022.
Cuatro familias de las calles J y Nueve fueron las más afectadas y sus casas lucían todas enlodadas, de allí que la Administración Zonal Eloy Alfaro, jurisdicción a la que pertenece el sector, evaluó la situación y solicitó que se active la asistencia humanitaria inicial.
A primera hora de este jueves, 19 de mayo de 2022, Juan Muyón fue el primero en recibir los kits de alimentos y aseo, más frazadas y toallas. “Dios les pague, no saben cuanto nos ayudan con estas cositas”, dijo al recibir los productos.
Casi de inmediato, junto con su esposa María Cajo, recogió los paquetes y los llevó hacia un camión que estaba parqueado en la vera de su casa.
Dentro de la unidad de transporte también se observaban muebles del hogar (sofás, armarios, colchón, varias tablas…), la intención de la familia Muyón Cajo -integrada por cinco personas- era trasladarse a la casa de un familiar hasta limpiar la suya que la construyeron hace 10 años. Por eso no aceptaron ir al albergue municipal.
Ellos son oriundos de Sicalpa, en Chimborazo, y llegaron a Quito hace más de una década. Actualmente, la pareja se dedica al comercio informal; mientras los tres hijos -uno de 16, 9 y 8 años- estudian en los establecimientos educativos del sector, pero hoy no acudieron a clases por ayudar a limpiar la desgracia que dejó la lluvia.
Antes de atender a la siguiente familia, el personal de la EP Emseguridad les alertó que en breve llegará la maquinaria municipal para adecentar el lugar y que puedan limpiar las viviendas que resultaron afectadas.
Luego, la ayuda llegó a las familias Pila, conformada por tres personas; y Rivas, con ocho miembros. Todos habitantes de la calle J.
Unas cuadras al sur del barrio Buenaventura, en la calle Nueve, otra familia resultó afectada por el torrencial aguacero del miércoles y que incluso taponó el alcantarillado. Cuando el equipo del Fondo de Emergencia llegó al punto, la familia Verdugo le dio la bienvenida.
“Un ratito cerramos los ojos, toda la familia se dedicó a sacar el lodo y a limpiar las cosas que quedaron una desgracia…”, contó María Chín, madre de Juan Verdugo.
La mujer octogenaria, también, mencionó que “en el segundo piso hicimos cama general; nos acostamos a las 02:00 y a las 05:00 -los siete miembros de la familia estuvimos en pie para continuar limpiando el lodazal que dejó la lluvia”.
Y en medio de la preocupación, a doña María le llegó un respiro de alivio al saber que en pocos minutos llegaría al barrio una cuadrilla de obreros municipales, ayudados con maquinaria, para hacer el adecentamiento del lugar. Un alivio que fue agradecido.