Día de los Difuntos: tradiciones religiosas y rituales indígenas perduran en Quito

Tras un largo asueto que empezó este jueves 3 de noviembre a nivel nacional, varias familias acudieron a los cementerios ubicados en el Distrito Metropolitano de Quito, con la finalidad de visitar y honrar la memoria de sus seres queridos.

Es el caso de Alisson Tutín, quien desde muy temprano llegó al cementerio de El Tejar para compartir con su padre que falleció en el 2003. “Esta fecha es muy importante porque es el día en el que recordamos a nuestros familiares que se encuentran ahora en un lugar mejor. Debemos seguir manteniendo esta tradición en la ciudad”.

En el 2018, el Instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP) desarrolló un marco investigativo denominado: ‘Metodologías para la puesta en valor y autogestión del Patrimonio Funerario Rural del Distrito Metropolitano de Quito – Plan Piloto Calderón’, la cual se sustentó en una visión en torno al valor funerario, que busca entender a la muerte y a sus espacios como lugares donde se asientan y cobran sentido las acciones cotidianas de las poblaciones.

Al llegar al cementerio de Calderón, las personas comparten un fuerte sentido de apropiación de prácticas que hablan de la permanencia de un patrimonio cultural vivo e intangible, lleno de valores y costumbres de mucho enjambre tradicional, expuesto en el ‘Día de los Difuntos’, con una mezcla de rituales y tradiciones ancestrales.

Esta celebración une la religiosidad, con la cultura indígena. Los familiares suelen compartir alimentos con sus difuntos y elevan una plegaria por el familiar ausente: es un día, no solo, dedicado a los difuntos, sino, que es el tiempo de recordar la importancia que nuestros antepasados tuvieron en nuestra vida.

Susana Vásquez, residente del sector El Tablón, resaltó que la costumbre de llevar la comida a la persona que falleció, es para compartir en familia. “Aquí están enterrados mi mamá, mis abuelitos y mi sobrino, estamos felices, aunque no nos reencontramos con ellos, pero estamos reunidos todos sus familiares compartiendo el alimento que más les gustaba”.

En el cementerio de la Comuna San Miguel, las familias preparan la colada morada, pan de finados y alimentos que eran de preferencia de cada difunto. Asimismo, comparten con sus difuntos y visitantes, de un plato especial denominado ‘Uchucuta’, el mismo que está compuesto de: colada de harina de maíz, col, alverja y carne de cerdo.

“Esta tradición de comer, conversar y pasar un día con nuestros difuntos, la realizamos por la enseñanza de nuestros padres. Ahora la juventud ya no realiza estas costumbres; debemos recordar la historia de nuestros antepasados” dijo Rosalina Simbaña, oriunda de San Miguel del Común.

Cabe destacar que, los habitantes de esta zona del norte de la capital, conmemoran esta fecha con danza, música, rituales funerarios, conversatorios y entrega de agrados a sus allegados.

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