Wendy Cerón, una mujer que trabaja por su ciudad y por su familia
La primera vez que vi a Wendy nunca imaginé su razón de vida, las mujeres suelen darle una oportunidad por cada acción, ese motor que les impulsa a cumplir sus roles, el asumir retos y obligaciones, son sus hijos, los que cambiaron sus nombres y las bautizaron como mamá.
Wendy Cerón, es Magíster en Dirección y Gestión en Talento Humano, Funcionaria de la Empresa Pública Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas (Epmmop) desde hace 3 años, pero sobre todo es una grandiosa mujer, con su sonrisa alegra los días de sus compañeros y por supuesto la de su familia. Tiene 40 años de edad, es madre de Francis y Slendy de 16 y 8 años respectivamente. Wendy tiene una increíble historia.
Hasta ahí parece una historia muy normal, de una excelente servidora y compañera, pero esto va más allá, ella es la mamá de una niña de los 20 casos de Atrofia Muscular Espinal en el Ecuador.
La Atrofia Muscular Espinal está considerada como una enfermedad rara neurodegenerativa que debilita de manera progresiva a los músculos, vivir con AME no es nada fácil ni para el paciente ni para sus familias, Wendy y Slendy viven con esta enfermedad desde el 2017.
“Me enteré hace 5 años de su enfermedad, ella tenía problemas de motricidad y una simple caída hizo que esta enfermedad se desarrolle, los exámenes le hicieron en Estados Unidos donde detectaron que Slendy tiene AME tipo 2, que es la atrofia menos agresiva y aunque nos dieron un diagnóstico de 3 meses de vida, hemos luchado juntas y llevamos 5 años con esta enfermedad.”
Slendy tiene 59% de discapacidad física, y no tiene ninguna limitación intelectual, lo que no impide su desarrollo escolar, aparte de ser una gran guerrera, es una excelente estudiante tiene un promedio de 9,26. Estudia en 4to año de educación básica.
Wendy cumple una rutina diaria muy disciplinada, empieza el día a las 05:30 para alistarse, prepara a Slendy y Francis, con el apoyo de su sobrina, Slendy va la escuela y realiza sus tareas en casa. A las 17:30, en el Hospital Carlos Andrade Marín todos los días, Wendy está presente para la terapia física de Slendy.
Nadie está preparado para saber que la vida de un hijo se apagará muy pronto y eso hace que Wendy nos cuente con lágrimas en sus ojos los detalles de la terapia, de la importancia de ser constantes y día a día cumplir con todo.
¿Por qué elegiste como profesión la administración de talento humano?
Con voz dulce responde, “de inicio fue mi vocación y hoy, después de conocer la enfermedad de mi hija, me ayuda a ser más empática con la gente, a realmente servir a mis compañeros, a entenderlos mejor. Cada uno vive una realidad diferente, pero todos debemos aprender a luchar y amar la vida”
Por historias como estas es que la convivencia diaria en nuestro lugar de trabajo debe ser mucho más amena. Tras una sonrisa o una lágrima, hay una gran historia de lucha, de superación, de amor, de un transitar de la vida diferente para cada uno. Hoy rendimos un sentido homenaje a todas esas trabajadoras de la Epmmop, que, como Wendy, tienen una maravillosa historia. Siempre nos reciben con una sonrisa llena de esperanza y optimismo.