Intervención integral en la iglesia de La Merced
- Los trabajos se desarrollan en el marco del proyecto ‘mantenimiento integral núcleos históricos de parroquias urbanas 2022’
El Municipio de Quito, mediante el Instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP) realiza labores de intervención en la iglesia de La Merced, localizada en el Centro Histórico. La inversión es de USD 55.000.
La Basílica de Nuestra Señora de la Merced, es un templo católico y constituye la primera iglesia y principal sede de la Orden Mercedaria en el país, y por ello lleva el título de Basílica.
El edificio, de color blanco, posee cinco cúpulas, una torre cuadrada y está decorado con inscripciones incas y árabes, su construcción comenzó en 1701, la torre se completó en 1736 y el templo fue consagrado en 1747. El retablo mayor fue tallado y construido por Bernardo de Legarda. En su sacristía, así como en el interior de la iglesia, se encuentran varias obras del artista Víctor Mideros.
Los trabajadores encontraron: pintura y enlucidos en malas condiciones, suelta y abolsada, faltantes de enlucidos y molduras, fisuras y grietas. Presencia de moho y hongo en fachadas, presencia de pintura en puertas de madera. Aplicación de pintura esmalte en zócalos de piedra.
Ante esto el proceso de intervención contempla la intervención de las fachadas y cúpula que dan hacia la calle Chile, calle Cuenca y calle Mejía, hasta una altura de 40 metros, sin intervenir la torre del reloj.
Las labores ejecutadas son: retiro de pintura, enlucidos, filos, molduras que no presentan adherencia a la estructura, es decir que están sueltos y reposición faltante del elemento.
Ante la presencia de fisuras y grietas, se analizan labores que no afecten la resistencia del muro, de ser necesario se procede a realizar cosidos y descosidos, más la respectiva inyección, que puede ser de mortero o lechada.
En caso de mohos y hongos, se efectúan lijados y raspados de superficies, aplicando productos que ayuden a eliminar salinidades, para luego continuar con estucado y pintura.
En los elementos de madera que son parte de la fachada como puertas y ventanas que presentan capas de pintura, se lo retira con cuidado, evitando causar daño, ya que el objetivo es recuperar la madera. El proceso se termina con la aplicación de aceite de linaza.
En los zócalos de piedra, que han sido pintados anteriormente, se plantea retirar esa pintura a través de la aplicación de disolventes químicos, cepillos plásticos, y una limpieza final con jabón neutro y agua.
Para desarrollar los trabajos se usan andamios tubulares, auto portantes, multidirección, que son muy seguros. La mano de obra empleada para estos trabajos en el proceso de intervención y mantenimiento de las fachadas de la iglesia son: un arquitecto residente, un ingeniero en seguridad industrial, un maestro mayor, tres albañiles, dos oficiales y cuatro pintores.
Estas obras permiten recuperar el esplendor de los templos de Quito, devolviéndoles su belleza y recuperando los espacios emblemáticos del patrimonio.