«La peor condena es perder a los seres amados”, dice víctima de accidente de tránsito

Quito 31 de julio de 2024 (Quito Informa). – Alejandra Piedra tiene 26 años y, hace uno, perdió a su esposo en un accidente de tránsito por exceso de velocidad. En una conversación con esta agencia de noticias, nos dice que un pedazo de su vida se quedó en la intersección de las avenidas Quitumbe Ñan y Cóndor Ñan, pues ahí un automóvil embistió la motocicleta en la que viajaban de regreso a su casa.

“Eran aproximadamente las 21:00 y nos dirigíamos a casa después del trabajo, cuando en un abrir y cerrar de ojos me vi en medio de la vía sin poder levantarme y sin saber que ocurría. Al recuperar un poco la conciencia, como pude me arrastré hacia mi esposo, pero él ya no se movía”, cuenta. Asegura que todo era confuso, que intentaba quitarse el casco, pero no podía, hasta que otros vehículos que circulaban por el lugar se detuvieron a ayudarla.

“Yo les pedía que vieran a mi esposo, que le ayudaran a levantarse, hasta que una señora, me dijo: tranquila mijita, pero creo que su esposo ya se le fue. En ese momento, todo se me vino abajo y no podía dejar de llorar y gritar. Las personas que me estaban ayudando llamaron al ECU911 y les pedí que llamaran a mi familia. Después, tengo recuerdos entrecortados de mi madre llorando junto a mí, de los paramédicos, y finalmente del hospital”, dice.

“Días después cuando tuve más claro el panorama supe que el vehículo que nos impactó iba a exceso de velocidad y que el conductor se dio a la fuga, que yo tuve varias fracturas en mi pierna derecha, en mi brazo, y que mi esposo había muerto de contado”, agregó.

Como Alejandra, cientos de familias han vivido lo doloroso de perder a un ser querido en accidentes de tránsito. En 2023, en Quito, se registraron 3.601 siniestros en donde hubo 2.279 lesionados y 250 fallecidos; mientras que, en lo que va desde 2024, en la ciudad se reportaron 2.093 siniestros, con 1.220 lesionados y 145 fallecidos. La mayoría de decesos y lesiones ocurren en hombres entre los 18 y 35 años.

Para Alejandra, los operativos de control de velocidad son fundamentales, porque las personas “funcionan mejor” cuando hay sanciones y multas. “Cuando se intenta generar conciencia, a la gente no le interesa. Solo hacen caso cuando hay algún castigo o cuando les topan el bolsillo”, enfatiza. Cuestiona que hay personas que incumplen la ley y encima se niegan a pagar multas o a cumplir una pena privativa de libertad por romper la norma. Sin embargo, afirma que las víctimas de accidentes de tránsito pagan la peor condena, que es perder a sus seres amados o quedar con alguna afectación en la salud.

El Código Orgánico Integral Penal (COIP), desde 2014, determina las contravenciones y sanciones en materia de tránsito. La competencia del Municipio de Quito consiste en hacer cumplir esa norma, para garantizar el bienestar de quiteños y quiteñas y no perder más vidas en las vías.

“Nadie debería pasar lo que yo pasé. Ninguna madre se merece que un extraño la llame y le diga que su hijo o hija sufrió un accidente. Nadie debería sentirse aterrado de salir a la calle y que alguien sin conciencia, por llegar pronto a un lugar o por estar en estado de embriaguez, le quite la vida o a uno de los suyos”, concluye.

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