Te Deum, ceremonia religiosa por los 486 años de fundación de Quito

Este lunes 30 de noviembre, en la iglesia de La Merced se desarrolló el tradicional ‘Te Deum’, ceremonia religiosa de agradecimiento y bendición a San Francisco de Quito, con la presencia de las autoridades locales y eclesiásticas.

El rito religioso fue presidido por Monseñor Alfredo Espinoza Mateus, arzobispo de Quito. La ceremonia inició con la lectura de la Ordenanza Municipal 1081 en la que se indica que todos los años el cabildo celebra una misa en la que se hace la entrega de ofrendas en agradecimiento a la virgen de La Merced, por los beneficios y la protección a la ciudad.

En su intervención el Arzobispo expresó que encomienda la vida, el trajinar de las autoridades y de todos los habitantes de esta gran ciudad a Dios.  «Me pregunté si podemos celebrar la fundación de Quito en medio de tanto sufrimiento y sí, sí podemos celebrar que tenemos el don de la vida, que esta continúa, y que debemos luchar juntos por salir adelante, en unidad. Quito es Luz de América y no podemos permitir que esa luz se apague, debemos ser luz para los demás, debemos llevar esa lámpara encendida…Pongo a Quito en manos de Dios».

En la celebración eucarística, el Alcalde entregó y encendió el cirio; Lilia Yunda, presidenta del Patronato Municipal San José presentó las flores y la concejala Analía Ledesma el incienso.

Al salir del evento, la concejala Luz Elena Coloma manifestó que el Te Deum es una de las celebraciones más tradicionales que tiene esta ciudad, consagrada a la Virgen de la Merced y desde el año 1960 tiene una ordenanza que manda hacer esta celebración de agradecimiento.

El vicealcalde de la ciudad, Santiago Guarderas, indicó que estamos viviendo una pandemia y esto obliga hacer ciertos cambios para celebrar a Quito en sus 486 años de fundación. “El pedido a la virgen fue que nos ilumine, nos de sabiduría para llevar adelante los destinos de la ciudad con responsabilidad”.

Historia
Desde su fundación en 1534, la ciudad de San Francisco de Quito fue encomendada a la Virgen de La Merced considerada como la protectora de Quito. Su escultura fue tallada por uno de los artistas de la Escuela Quiteña y se encuentra en el altar mayor de la iglesia de la Merced.

Según el sacerdote Juan de Velasco, los mercedarios trasformaron un ídolo de piedra en una imagen de María que es conocida como la Virgen de la Merced y fue el cabildo en el año 1575 que hizo la promesa y el voto solemne de realizar una ceremonia en su honor.

Esta celebración se realiza cada año, luego de que el 13 de mayo de 1963, el Concejo Metropolitano de Quito emitió la ordenanza municipal No. 1081 por la cual se indica que todos los años el Cabildo celebrará una misa en la que se hará la entrega de ofrendas en agradecimiento a la virgen de La Merced.

Quito es la única ciudad del mundo que mantiene esta tradición y cada año se realiza una ceremonia de acción de gracias a la Virgen de la Merced, con el nombre de Te Deum, en el marco de las Fiestas de Quito.

Te Deum

(En latín: A ti, Dios, primeras palabras del cántico) Es uno de los primeros himnos cristianos, tradicional de acción de gracias. Suele ser entonado en momentos de celebración. El himno continúa siendo regularmente utilizado por la Iglesia católica romana, en el oficio de las lecturas encontrado en la Liturgia de las Horas, y en ocasiones especiales como en las ceremonias de canonización.

 

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