EPMAPS y su gestión de monitoreo y prevención de riesgos en quebradas

El Municipio de Quito, a través de Epmaps-Agua de Quito, informa sobre las acciones realizadas en torno al mantenimiento de la quebrada Caicedo, tras las fuertes lluvias ocurridas en los últimos días.

Bajo el liderazgo de la Secretaría de Seguridad, el apoyo del Cuerpo de Bomberos de Quito y la coordinación del Comité de Operaciones de Emergencia, Agua de Quito se mantiene trabajando en la desobstrucción de la estructura de captación de la quebrada, que se taponó por el arrastre de troncos, piedras y lodo.

Los trabajos se iniciaron el sábado, 11 de diciembre de 2021. Hasta el momento, el caudal en el embalse está controlado y se ha logrado disminuir el nivel de acumulación de agua en 2 metros de altura, según informó el gerente general de Epmaps, Othón Zevallos.

La autoridad aclaró que Epmaps realiza el mantenimiento permanente de todas las quebradas donde mantiene estructuras de captación.

En la quebrada Caicedo se realizó la limpieza durante la semana pasada. Sin embargo, el fuerte aluvión ocurrido el fin de semana causó el taponamiento. Fueron entre 75 y 90 milímetros de lluvia registradas en 24 horas, es decir, una cantidad que corresponde a una semana de precipitaciones.

“No existe improvisación. Los trabajos se realizan de manera preventiva y programada en todas las quebradas y siempre con todas las medidas de seguridad con arneses, líneas de vida y con especialistas en riesgos”, explicó el Gerente General.

Dijo que la limpieza se hace periódicamente, sobre todo en época invernal para prevenir inundaciones. “En esta quebrada se hizo la limpieza la semana anterior, pero ocurren estas circunstancias extraordinarias con un muy alto nivel de pluviosidad que son imprevistas”, sostuvo.

Así mismo aseguró que se tomaron todas las medidas de seguridad para el personal con el apoyo especializado del Cuerpo de Bomberos y la Secretaría de Seguridad del Municipio. Gracias a lo cual, las familias quiteñas no han tenido que volver a vivir hechos como los ocurridos en 2019, cuando un aluvión ocasión un deslave que, por la falta de una estructura de captación, arrastró troncos y escombro hacia la vía principal, llevándose a su paso hasta vehículos.

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