Cocodrilos de la costa llegaron al Quitozoo
- Este es el vertebrado más grande del Ecuador y el segundo cocodrilo más grande de América, después del cocodrilo del Orinoco
Dos cocodrilos de la Costa (Crocodylus acutus) un macho y una hembra, que se mantenían bajo cuidado humano en el zoológico ‘El Pantanal de Guayaquil’, forman parte de la población que se refugia en el QuitoZoo. Este traslado se efectuó mediante una acción coordinada entre ambas instituciones, con el objetivo fundamental de promover mayor conocimiento de esta especie entre los visitantes y la ciudadanía en general.
Para que vivan en un espacio adecuado, el Zoológico de Quito, ahora, cuenta con un área de aproximadamente 300 m2, destinada para estos cocodrilos. Por ello fue necesario el diseño y construcción de un recinto con infraestructura basada en las características de su hábitat, que en Ecuador se ubica, especialmente, en el manglar del Golfo de Guayaquil. Los cocodrilos son animales que llevan a cabo sus vidas tanto en medios acuáticos como terrestres.
Esta nueva área cuenta con una poza de agua en forma de S, con capacidad para alrededor de 70 m3 de agua, con una temperatura de entre 24 y 26 grados centígrados, la cual se logra con un calefactor instalado como parte de la infraestructura básica para este recinto. Los cocodrilos podrán sumergirse, como en los manglares, la piscina artificial cuenta con orillas amplias en las que tendrán espacio para asolearse y descansar. Esto les brindará la comodidad y seguridad que requieren estos animales para que gocen de una buena calidad de vida.
El espacio fue construido de acuerdo a criterios internacionales para el manejo de grandes cocodrilos que aseguran el bienestar físico, así como la posibilidad de expresar el comportamiento propio de la especie. Adicionalmente, el sistema cuenta con filtración de agua para mantener condiciones óptimas y promover la salud de estos grandes reptiles.
Los nuevos habitantes del QuitoZoo tendrán la posibilidad de escoger el ambiente más adecuado para regular a voluntad sus necesidades de temperatura con el fin de realizar sus procesos metabólicos normalmente. El recinto mantendrá́ espacios abiertos al aire libre, así́ como cuartos de noche cerrados para asegurar temperatura óptima y brindar opciones a los animales.
Los cuartos de noche cuentan con una porción de hábitat en fase terrestre y otra en fase acuática. Disponen de un sistema de calentamiento de aire para asegurar que en las noches la temperatura no descienda por debajo de los 18 grados centígrados y que los animales cuenten con confort de temperatura.