Un animal de imponentes cualidades en peligro de extinción

Desde hace unas semanas, se estrenó un nuevo espacio en el QuitoZoo, destinado, de forma exclusiva, para el Cocodrilo del Pacífico (Crocodylus acutus), el vertebrado más grande del Ecuador y el segundo más grande de América, después del cocodrilo rilo del Orinoco.

De acuerdo con la Estrategia Nacional de Conservación del Cocodrilo de la costa, esta es una especie considerada, a nivel global, como una especie amenazada ‘Vulnerable’, según los criterios y categorías de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza UICN (2004). Por otro lado, la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres CITES (2005) ubica en el ‘Apéndice I’ a este animal, lo que implica que es prohibida su comercialización porque se encuentra en peligro de extinción. Además, la Lista Roja de Reptiles del Ecuador sitúa en la categoría de Peligro Crítico a esta especie.

La tala de manglar, contaminación de esteros, cacería, captura incidental por pesca, entre otros, son los principales factores identificados como causas de un declive en los niveles poblacionales del cocodrilo de la costa en Ecuador.

En vida silvestre se alimentan de peces, cangrejos y mamíferos que caminan cerca de las orillas de ríos, manglares o lagunas donde habitan en vida silvestre. Bajo cuidado humano, su dieta, principalmente, está compuesta por pescado, pollo y, en menor medida, de carne roja y cangrejo.

Miden entre 2 y 2.70 metros, y su peso varía entre 70 y 110 kilos. Los machos pueden llegar a medir entre cinco y seis metros y pesar hasta 500 kg, mientras las hembras, generalmente, miden entre tres y 3.5 metros.

A diferencia de los caimanes, la cabeza del cocodrilo es más estrecha y larga. Además, tiene una capacidad de nado que le permite moverse en el agua con una velocidad de hasta 32 kilómetros por hora.

El arribo de estos cocodrilos al QuitoZoo es una oportunidad para fomentar, entre la ciudadanía, mayor conocimiento y empatía hacia los problemas de conservación que ocurren en el ecosistema manglar y que afectan a esta especie, pero también a las poblaciones humanas que viven ahí.

La educación ambiental que lleva a cabo el Zoológico de Quito y la tarea de rescate que efectúan son parte del compromiso permanente del trabajo institucional.

El zoológico El Pantanal, de Guayaquil, ha sido muy importante para la conservación de esta especie y, en el año 2022, fue acreditado a nivel internacional por sus buenas prácticas zoológicas y su labor de conservación y educación ambiental. El objetivo en el QuitoZoo es continuar con esa tarea al servicio del cocodrilo de la costa.

 

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