La Mariscal, ciudad jardín, hoy tiene que ser recuperada por quiteñas y quiteños

  • En la década de los años 20, en La Mariscal se edificaron casas con jardines grandes lo que la llevó a ser conocida como ‘ciudad jardín’

Es sábado en la noche, un día a mitad de julio, de un verano templado. Estudiantes universitarios disfrutan sus vacaciones; trabajadores y oficinistas han cobrado sus quincenas. Todo se presta para que los cafés, bares, discotecas y restaurantes de La Mariscal se llenen de gente y de vida. Pero la zona luce abandonada.

Este fenómeno, acentuado desde el inicio de la pandemia causada por el covid, mantiene desoladas las calles, veredas, plazas, parqueaderos y locales de La Mariscal. Las vitrinas apagadas lucen letreros, uno tras otro, de: ‘se renta, se alquila, se vende’.

Caminar por los alrededores de la Plaza El Quinde muestra silenciosa a la zona rosa, donde antes turistas y quiteños provocaban el bullicio. Y es que la gente dejó de venir a La Mariscal, incluso después de que eliminaron las medidas de confinamiento. Y las razones están atadas tanto a lo económico como lo político.

Quito retrocedió 8 años en su actividad económica. Tiene la tasa más alta de desempleo en el país: 8.6%, al primer trimestre de 2023 (las mujeres jóvenes son uno de los grupos más afectados). La tasa de homicidios creció en un alarmante 95% entre los meses de abril de 2022 y 2023.

Estas estadísticas configuran el bajo estado anímico de la sociedad quiteña, una realidad que la reciente Administración Municipal está decidida a transformar.

Un trabajo articulado entre el Municipio, la Policía y empresa privada se materializa en La Mariscal con el incremento de efectivos para las Unidades de Policía Comunitaria, la entrega de materiales logísticos y la rehabilitación de infraestructura.

Las cifras de delito empiezan a caer en la ciudad. Un monitoreo semanal de las autoridades de ambas instituciones da cuenta de una baja de 1.500 delitos, es decir, se redujo el 22%, en especial el robo a domicilios y robo en el transporte público.

La estrategia de seguridad es parte de un proyecto más amplio, que abarca, además, la apropiación del espacio público a través de actividades y eventos artísticos a lo largo de todo el verano.

Alex Jurado, propietario del bar Vieja Guardia, es uno de los comerciantes que se esfuerza por mantener su negocio. Recuerda que ha sido testigo del auge y caída de La Mariscal, en sus 18 años de trabajo en la zona.

“Esto era una mina de oro”, dice melancólico, pues en 2005, “todo mundo quería ponerse un local. Esta zona llamaba mucho la atención, en ese tiempo era especial y turística. Actualmente, las cosas han cambiado drásticamente”.

Alex no duda en que es posible recuperar La Mariscal. “Ahora queremos la voluntad de ustedes como Municipio para nosotros fomentar, arrimar el hombro, darnos la mano y empezar nuevamente lo que fue alguna vez esta zona”, cuenta.

Este emblemático barrio está delimitado al sur por la avenida Patria, al norte por la Orellana, al este por la 12 de Octubre y al oeste por la 10 de Agosto. Tiene cerca de 11.500 habitantes.

El Proyecto para rehabilitar a La Mariscal

El llamado´Plan Especial para la recuperación de La Mariscal’ es uno de los caballos de batalla de Pabel Muñoz, –desde mayo– nuevo alcalde de Quito.

“La ciudad más segura no es la que tiene más policías; es aquella donde los vecinos están en el barrio ocupando, ellos, los espacios públicos y no los delincuentes”, dijo en su programa Frecuencia Quiteña del 12 de junio pasado.

En la mira de Pabel y su equipo de trabajo está la recuperación de varias zonas de la urbe: Quitumbe (sur), Centro Histórico, 10 de Agosto (norte), Bicentenerio (norte), Calderón (norte) y La Mariscal (norte), cada una con distintos requerimientos y diferentes niveles de intervención.

María José Escudero, coordinadora del Plan Complementario La Mariscal, de la Secretaría de Territorio Hábitat y Vivienda, narra que esta propuesta busca promover un equilibrio entre las actividades económicas a partir de las identidades que ha tenido el barrio.

“Tenemos la intención de trabajar de una manera articulada, con otras instituciones, promover lo residencial, lo cultural, turístico, lúdico, a partir de incentivos y el desarrollo de programas, proyectos, cambios normativos y un modelo de gestión para transformar de manera integral a La Mariscal y volver a sus buenos tiempos”, expresa María José.

Continuar con el soterramiento de cables y mejorar el espacio público son acciones visibles además de obras de vialidad, iluminación, con corredores seguros y turísticos. Estos días La Mariscal tiene tres frentes abiertos de repavimentación en la Patria, la Colón y la Veintimilla.

Las cifras de turismo en Quito empiezan a mostrar mejorías. Entre enero y junio ingresaron casi 334.000 turistas extranjeros, cifra que es 43% superior al mismo período de 2022, según datos de Quito Turismo.

La expectativa de la entidad turística es cerrar este año con 600.000 visitantes internacionales, lo que significará una mejoría, incluso, a las cifras pre pandemia.

Historia

En la década de los años 20, en La Mariscal se edificaron casas con jardines grandes, lo que la llevó a ser conocida como ‘ciudad jardín’. Marcaban su impronta las fachadas que recordaban palacetes y mansiones de estilo moderno. Fue la zona de residencia de las familias más pudientes de la capital.

Desde la década de 1970, la Mariscal fue construyendo un espacio de paseo para los jóvenes capitalinos. Heladerías, restaurantes y peñas abrían paso a la vida contemporánea de Quito. En los últimos 50 años evolucionó hacia constituirse en la zona rosa.

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