Saboree las deliciosas golosinas tradicionales de nuestro Centro Histórico
Al momento de transitar por las distintas calles del Centro Histórico de Quito, los habitantes del Distrito Metropolitano y también los turistas tanto nacionales como extranjeros, disponemos de una gran variedad de opciones de compra. En esta ocasión las golosinas atraen el paladar de niños y grandes.
Desde colaciones, hasta maní enconfitado y más productos naturales se pueden encontrar fácilmente en los locales muy tradicionales de los que dispone el Casco Colonial. Es el caso de las “Colaciones de la Cruz Verde”, negocio que tiene una trayectoria de más de 100 años.
A unos cuantos pasos de la Plaza de San Francisco, en la Bolívar e Imbabura se encuentra ubicado este local, administrado por Luis Banda, tercera generación de legado familiar iniciado en 1.915 por Hortensia Espinosa, luego continuó su hijo Luis Banda y su nuera Herminia Smith.
Al momento Luis Banda, con título de ingeniero en finanzas, comenta que dejó su profesión y se dedicó junto a su esposa e hijos al negocio de las colaciones que son preparados de manera artesanal y con la misma receta de sus antepasados. Requiere de agua, azúcar, maní y en 3 horas aproximadamente de mover la paila salen las colaciones listas para la degustación. El producto es elaborado en la misma paila, olla y brasero y siempre utilizando carbón tal cual como se inició el trabajo hace muchos años, esto le da el sabor especial e idéntico al que se preparaba hace décadas.
Más opciones a degustar
Pero el Centro Histórico, ofrece a sus visitantes otras opciones para adquirir productos elaborados sin químicos los cuales se los puede encontrar con solo caminar en sentido norte- sur o sur-norte por la calle García Moreno ahora peatonizada hasta llegar la calle Rocafuerte frente al Museo del Carmen Alto y diagonal al Museo de la Ciudad.
Ahí se encuentra el local “Cucurucho del Mani”, conocido así porque a cada granito de maní enconfitado se le llama cucurucho. El local es administrado por Jonh Ríos, es un negocio familiar impulsado hace 15 años por Hernando Ríos, ahora está en manos de su hijo John, quien diariamente con 4 personas prepara habas de sal y de dulce, tostado de dulce y sal, cocadas, bolondrones, chicharon de coco, dulces de leche entre otros.
La gente acude directamente al “Cucurucho del Mani” a comprar las golosinas porque a más de ser muy conocido brinda una muy buena atención al público y por la forma de preparar los productos. El negocio es visitado por los turistas que gustan de las golosinas quiteñas.
En esta misma calle, en la Rocafuerte, en la “Confitería El Gato”, nos atiende su propietaria Martha Campaña, artesana dedicada a la elaboración de productos dulces como maní, habas, tostados con chicharon, chifles, papas y una gran variedad de exquisitos golosinas de sal y de dulce. Aprendió de su madre Zoila Mamabanda, quien empezó el negocio hace ya muchos años.
Todos los productos son frescos y elaborados diariamente por 4 miembros de su familia. Nos comenta que comerciantes de diferentes sectores del Distrito Metropolitano acuden a su local para comprar al por mayor para luego venderlos en distintos lugares de Quito.
Dice que todas las personas que transiten por la calles que fueron peatonizadas por el Municipio de Quito, traten de llegar hasta la calle Rocafuerte lugar en el cual se encuentra su negocio para que degusten los productos naturales que ahora también son enviados en las mochilas de los niños que van a las escuelas.
Los comerciantes del Centro Histórico como John Ríos, al igual que Luis Banda y Martha Campaña, al felicitar y agradecerle al Alcalde Rodas por recuperar las áreas públicas del Casco Colonial, destacaron la importancia de estos trabajos porque incrementan el turismo y se dinamizan la economía.
Todas las personas que visiten el Centro Histórico, tienen la opción de recorrer de lunes a sábado los diferentes locales para que puedan saborear las exquisitas golosinas que será un deleite tanto para grandes como para chicos. Lo pueden adquirir a precios muy convenientes que van desde los 35 centavos hasta 1 dólar.
Para los peatones y consumidores de estos productos como Rodrigo Peñalosa, habitante del barrio La Tola, Rosario Paredes, moradora de Santa Rita, dicen que a más de caminar por las calles del Centro Histórico, pueden comprar las golosinas que las adquieren a buen precio y un producto fresco.