El arte retratista y vitralista está de luto, Eloy Narea deja un legado único

“Deja más claro, hay mucha sombra”, decía mientras recostado en la cama, dormido por los sedantes, levantaba la mano con ligeros movimientos simulando pintar sus vitrales, cuenta Rosy Narea, hija de Eloy Narea el maestro retratista y vitralista que con sus 92 años, nunca dejó de soñar, hasta que el 19 de abril de 2019; voló con sus colores, con su luz; dejando a la historia, la cultura y el patrimonio del país un legado artístico  en cerámicas, óleos y vitrales.

Su amor por el arte lo mantuvo intacto, sus manos mágicas transformaban lo ordinario en extraordinario, en su taller de Puengasí. Tres horas seguidas de trabajo interrumpidas por un ligero descanso para volver con fuerza a su pasión; terminar la que sería su última creación, el vitral de San Francisco de Asís, a la par heredaba sus saberes y su técnica a Rosy, su hija. “Mija para darle volumen al rostro debes tener las tres tonalidades: claro, medio y obscuro” le había enseñado.

Con la voz entrecortada, Rosy dice “Cada trazo, cada raya, lo hacía con el alma, orando antes de empezar su creación. Nosotros le mostrábamos las fotos, el vídeo que le hizo el Municipio de Quito, a través del Instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP), y mi padre se sentía feliz, mientras repetía: no merezco tanto premio”.

 “Me siento muy emocionado frente a este reconocimiento. (…) Si la Patria no hace nada por uno, uno tiene que hacer algo por la Patria”, fueron las palabras del maestro Narea -al recibir el reconocimiento en febrero de 2019- que incluyó a su técnica artesanal de creación de vitrales como parte del Inventario del Patrimonio Nacional Inmaterial.

La entrega del reconocimiento buscó resaltar la importancia de la labor artística del maestro  Narea para la sociedad ecuatoriana, por ser considerada una manifestación vulnerable. Los saberes y prácticas del arte retratista y vitralista lo heredó su hija Rosy, quien concluyó la obra de San Francisco de Asís, que dejó su padre.

Entre sus recientes obras están los vitrales para Calchaguano en Tulcán, vitrales para la iglesia de Cumbayá y Macas; obras que se suman a las centenares a lo largo y ancho del país.